Entre amaneceres y atardeceres:
instantes para mirar despacio.
Canciones
Aprendí que la ilusión no se pierde,
solo cambia de cielo.
A veces vuela lejos, otras se posa cerca,
pero siempre vuelve
a quien se atreve a mirar arriba.
Aprendí a quedarme
Antes corría detrás de todo.
De los planes, de la gente, de los sueños que se escapaban.
Hoy solo me quedo.
Dejo que el sol haga su trabajo,
que la vida crezca sin que yo la empuje.
He aprendido que no todo lo que se va es una pérdida,
ni todo lo que se queda es para siempre.
A veces basta con mirar el cielo y decir:
“Estoy aquí.”
El abrazo que me salvó
*
El abrazo que me salvó *
A veces me pierdo buscando el sentido en todo.
El cielo, los demás, el café que se enfría.
Y resulta que la brújula era yo.
Porque, aunque mi sol sea el universo,
la luz —siempre— empieza dentro.
Del silencio nacen los amaneceres
A veces hay que estar sola para encontrar el sol.
A veces no hace falta saber dibujar soles, basta con aprender a encenderlos.
Encender soles
No se trata de dar luz, sino de ayudar a que cada cual encienda la suya.
No todos amanecemos al mismo tiempo, pero todos llevamos un sol dentro.
Acompañar es una forma de iluminar sin deslumbrar.No sé dibujar,
pero estoy aprendiendo para acompañar mis palabras.
Mientras tanto, también busco mi sol.Hace ya mucho que era alumna.
Y en aquel entonces pensaba que había profesores —y adultos— que disfrutaban demasiado iluminando.De esos que hablan tanto,
que se olvidan de escuchar.
Más preocupados por su discurso
que por lo que pasa al otro lado de sus palabras.

